Decadencia del
imperialismo a principios del siglo XIX
Al principiar el siglo XIX hay una serie de factores que determinan la decadencia del imperialismo.
1.
La independencia de Estados Unidos.
Al independizarse las trece colonias inglesas en América a fines del siglo XVIII, Inglaterra perdió la más poblada de sus colonias, y un nuevo país independiente, de origen europeo, destinado a la grandeza, apareció en el Continente Americano. Inglaterra vio terminado no sólo el dominio político sino también el económico al romperse el monopolio comercial que ejercía sobre estas colonias.
2. Pérdida de España de sus colonias en América.
En el lapso comprendido entre 1810 a 1826, España perdió casi todas sus colonias en América. La vida económica española se resintió considerablemente al perder su gran imperio colonial, sobre el que descansó por mucho tiempo la supremacía de España en el Continente Europeo. Mientras tanto, en los países independientes la vida económica se intensificó; se establecieron relaciones comerciales entre las naciones hispanoamericanas entre sí y con los Estados Unidos y Europa.
3.
Oposición del liberalismo económico al colonialismo.
Los
movimientos de independencia en América se debieron en gran parte a
las restricciones mercantilistas de las naciones dominadoras que
impedían el libre comercio en sus colonias. El caso típico de la
eficacia del liberalismo económico es el de Inglaterra y Estados
Unidos; su comercio fue más próspero para ambas cuando esta nueva
nación obtuvo su independencia.
Resurgimiento
del imperialismo a partir de la década de los setentas del siglo XIX
Son
muy diversas las causas que contribuyeron al resurgimiento del
imperialismo y al afán de obtener posesiones coloniales de ultramar
a partir de 1870. Entre ellas figuran las siguientes:
1.
Económicas.
La Revolución Industrial había mejorado notablemente los medios de transporte y de comunicación entre los pueblos. También había mayor demanda de materias primas y de mercados en los que podían venderse los artículos fabricados. Así que las naciones se afanaron por asegurarse mercados para la adquisición de materias primas, como mercados para el consumo de los productos elaborados en sus fábricas: esto es lo que se denomina imperialismo económico.
2. Sociales.
Algunos gobiernos pensaron que las colonias se convertirían en regiones hacia las cuales podría emigrar la población sobrante. Muchos negociantes, inversionistas; bancos y compañías, estaban convencidos de que las colonias les ayudarían a realizar grandes ganancias y algunos estadistas ambiciosos creyeron que podían aumentar su prestigio mediante la expansión imperialista de su país.
3.
Políticas y militares.
Los jefes de gobierno consideraron que adquiriendo nuevas colonias podrían afianzar el dominio que ejercían sus respectivos países en el extranjero, aumentar su poderío militar y fortalecerlo en caso de guerra.
4.
Nacionalistas.
Durante
el siglo XIX los sentimientos nacionalistas impulsaron a los diversos
pueblos a que sus respectivos países sobresalieran por la extensión
de su imperio. El Imperialismo se consideraba como un símbolo de
triunfo.
5.
Filantrópicas.
Muchos
hombres pensaron que su país tenía el deber de educar y “civilizar”
a los habitantes de otras regiones de la tierra. Otros grupos,
movidos por el celo apostólico, quisieron propagar el cristianismo
entre los demás pueblos del mundo. Todas estas causas propiciaron
las actividades imperialistas en el Extremo Oriente, África, la
América Latina y otros lugares Así fue como los negociantes y los
soldados de Inglaterra, Francia, Alemania y otros países, llevaron
el dominio europeo y las formas de vida occidental a los pueblos más
lejanos de nuestro planeta.
Reparto del África Tropical entre los países europeos
África
Tropical atrajo la atención de los países europeos el siglo pasado,
ya que en este fascinante continente había ricos yacimientos de
diamantes, oro y cobre, y oportunidades comerciales sin límite. Y
había pueblos que parecían ser presa fácil para los europeos, cuya
ambición era aumentar sus posesiones y sus riquezas o establecer
reformas. Hacia el año de 1870, África se convirtió en el blanco
principal del imperialismo europeo.
El
África Tropical que abarca la mayor parte del centro de este
continente era un misterio para la civilización. Los ingleses Speke,
Burton y Baker descubrieron las fuentes del Nilo entre 1860 y 1864.
Otros muchos viajeros, alemanes como Barth y Nachtiegal, por una
parte, y el francés René Caillé, por otra, fueron los primeros en
explorar los vastos desiertos del Sahara; Binger Foureau, Monteil y
Lamy, franceses, exploraron la región de las estepas del Sudán y
descubrieron el río Níger y el Lago Chad. El inglés D.
Livingstone, el francés Brazza y el americano Stanley descubrieron y
exploraron al sur del Sudán, las regiones forestales ecuatoriales
regadas por el gigantesco río Congo. Y cuando el secreto del África
Tropical quedó descubierto, principió el reparto del continente.
Las potencias europeas compitieron entre sí para apoderarse de los
territorios que descubrían y explotaban; entre éstas estaban
lnglaterra, Francia, Alemania y Bélgica.
Una
de las adquisiciones más importantes en el reparto fue el dominio
del Congo, cuyo territorio era ochenta veces más grande que Bélgica
y fue declarado posesión particular del rey Leopoldo II.
Los
franceses establecieron sus colonias a lo largo de las regiones
costaneras del Senegal, Dahomey, la Guinea Francesa y la Costa de
Marfil; luego penetraron en el área del desierto del Sahara. Con el
tiempo, formaron un gran imperio en el África Occidental Francesa.
Los
alemanes entre 1884 y 1891 se apoderaron de Togo, África
Suroccidental Alemana y el Camerún. La Gran Bretaña, considerada
por muchos alemanes como su rival más peligrosa, fundó la
importante colonia de Nigeria y otras más pequeñas en la costa
occidental.
Tanto
los alemanes como los ingleses compitieron también por el dominio
del África Oriental.
La
situación de África del Norte
Franceses,
ingleses e italianos rivalizaron para obtener concesiones que les
permitieran explotar África del Norte. Francia invadió Argelia con
pretextos políticos y militares: una vez sometidos los argelinos en
1871, invadió Túnez (1881) y lo ocupó como su colonia. La división
de África entre varias potencias europeas trajo consigo frecuentes
amenazas de guerra que se resolvieron mediante alianzas y tratados
hasta que se originó la Primera Guerra Mundial en 1914, después de
la cual muchos de los imperios coloniales desaparecieron, para hacer
un nuevo reparto del mundo entre los vencedores.
A mediados del siglo XIX Egipto todavía era parte del Imperio Otomano, pero cada vez funcionaba más como un país independiente. Durante el gobierno de Ismail, quien era un individuo ambicioso que deseaba europeizar a Egipto, parecía que el país marchaba hacia una completa independencia. Ismail adoptó el título de khedive o virrey e inició proyectos muy ambiciosos, como ferrocarriles, líneas telegráficas y la modernización de los puertos. Pero Ismail fue también el manirroto más famoso de su época y gastaba dinero en forma muy desordenada. En esta forma se fue endeudando terriblemente con bancos europeos en los cuales conseguía préstamos a intereses exorbitantes.
A mediados del siglo XIX Egipto todavía era parte del Imperio Otomano, pero cada vez funcionaba más como un país independiente. Durante el gobierno de Ismail, quien era un individuo ambicioso que deseaba europeizar a Egipto, parecía que el país marchaba hacia una completa independencia. Ismail adoptó el título de khedive o virrey e inició proyectos muy ambiciosos, como ferrocarriles, líneas telegráficas y la modernización de los puertos. Pero Ismail fue también el manirroto más famoso de su época y gastaba dinero en forma muy desordenada. En esta forma se fue endeudando terriblemente con bancos europeos en los cuales conseguía préstamos a intereses exorbitantes.
Egipto
adquirió una importancia especial el año de 1869 al abrirse el
canal de Suez. Esta obra fue construida por una compañía francesa y
financiada en gran parte por el khedive. Los ingleses no
mostraron en un principio mucho interés por la obra, pues no
creyeron que funcionara. Pero tan pronto como se abrió se dieron
cuenta de que su control era importante, ya que era la ruta vital
para su imperio en la India. El año de 1875 Ismail, imposibilitado
para pagar los intereses de la deuda, vendió sus acciones del canal
al gobierno inglés.
Pero
las finanzas del khedive se encontraban tan revueltas que al año
siguiente, tuvo que ponerlas bajo un “control dual" de Francia
e Inglaterra.
Tres
años después, fue depuesto al tratar de desalojar a los extranjeros
y su sucesor tuvo que someterse al control dual; esto provocó una
rebelión de algunos de sus súbditos. Los franceses se negaron a
usar la fuerza, pero los ingleses bombardearon Alejandría,
desembarcaron un ejército y restauraron al khedive. Este, de aquí
en adelante, fue manejado totalmente por los ingleses y Egipto de
hecho se convirtió en un protectorado de Inglaterra.
Por
lo tanto, para el principio de la Primera Guerra Mundial, África
había quedado repartida entre las naciones europeas. Las únicas
excepciones eran Abisinia y Liberia. El primero de estos países
logró conservar su independencia al derrotar, el año de 1896, a los
italianos que lo quisieron conquistar. Liberia se formó con negros
que habían sido esclavos en los Estados Unidos, cuya libertad había
sido comprada por ciertas sociedades benéficas y luego trasladados a
un territorio que habían adquirido en África, por lo que este país
estaba hasta cierto punto protegido por los Estados Unidos.
El imperialismo en China
China
fue una de las naciones más afectadas por el imperialismo europeo.
Los ingleses particularmente tenían un gran interés en comerciar
con el Imperio Chino, cerrado desde hacía siglos al comercio
europeo. Los ingleses, amos de la India, deseaban mayores derechos
para comerciar con la China que les imponía muchas restricciones. A
pesar de ello, por medio del contrabando introducían en China
grandes cantidades de opio. El gobierno chino, al ver las
consecuencias fatales de esta droga, hizo arrojar al mar miles de
pacas de opio. Inglaterra en respuesta le declaró la llamada Guerra
del Opio (1839-1842). Los chinos fueron vencidos
fácilmente por el ejército invasor. El gobierno chino tuvo que
pedir la paz, firmándose el Tratado de Nankín (1842) con las
siguientes estipulaciones:
- Cesión definitiva de la isla de Hong Kong a Inglaterra (aún ahora la sigue conservando).
- Apertura de cinco grandes puertos chinos, principalmente Cantón, Shangai, para el comercio y el establecimiento de los extranjeros.
- Admisión de cónsules europeos en China.
- Liberación de los prisioneros ingleses y pago de una fuerte indemnización de guerra.
Los
Estados Unidos, Francia, Bélgica, Prusia, Holanda y Portugal
pidieron y obtuvieron privilegios. Además, lograron el derecho de
extraterritorialidad, esto es, el derecho de los extranjeros
de ser juzgados en tribunales propios, de acuerdo con sus propias
leyes, por delitos cometidos en China; lo cual indignó a los chinos
al sentir reducida su soberanía dentro de su propio país. En 1856
Inglaterra y Francia comenzaron una nueva guerra con China; los
europeos salieron victoriosos y consiguieron que se abrieran diez
puertos más al comercio extranjero; se permitió a los europeos
viajar por el interior del país, se legalizó el comercio del opio y
se dio protección a los misioneros extranjeros.
Con estas infortunadas guerras, la dinastía Manchú fue perdiendo prestigio y hubo rebeliones contra ella y contra los extranjeros; pero las naciones occidentales seguían tratando de afirmar y ensanchar sus posesiones dentro de China ya que se construyeron ferrocarriles y se tendieron líneas telegráficas. Algunas tropas se organizaron a la europea, pero los chinos siguieron mostrándose hostiles para con los blancos; apareció un fuerte sentimiento nacional y en 1900 estalló por fin la lucha. Una sociedad secreta, los boxers, que asesinaron a cerca de 300 extranjeros, sitiaron las legaciones extranjeras y atacaron a los chinos cristianos.
Con estas infortunadas guerras, la dinastía Manchú fue perdiendo prestigio y hubo rebeliones contra ella y contra los extranjeros; pero las naciones occidentales seguían tratando de afirmar y ensanchar sus posesiones dentro de China ya que se construyeron ferrocarriles y se tendieron líneas telegráficas. Algunas tropas se organizaron a la europea, pero los chinos siguieron mostrándose hostiles para con los blancos; apareció un fuerte sentimiento nacional y en 1900 estalló por fin la lucha. Una sociedad secreta, los boxers, que asesinaron a cerca de 300 extranjeros, sitiaron las legaciones extranjeras y atacaron a los chinos cristianos.
Las
potencias occidentales enviaron una expedición conjunta en auxilio
de los que se encontraban sitiados en Pekín. Los soldados
extranjeros saquearon la ciudad, los boxers fueron sometidos y China
fue obligada a pagar una fuerte indemnización y a conceder a las
naciones extranjeras mantener fuerzas armadas en Pekín y en
Tientsin. En los tratados firmados entre China y los países
extranjeros favorecieron en mucho a los últimos, pero los chinos,
como nación, era respetada su integridad, abandonándose la idea de
reparto.
El
gobierno se dio cuenta de que China debía modernizarse para
conservar su “independencia” y progresar; entonces se aprobaron
muchas de las reformas propuestas por el emperador. Se establecieron
escuelas oficiales que enseñaban inglés y otros estudios
occidentales, así como los asuntos chinos; y muchos jóvenes fueron
enviados a estudiar a América y Europa. Se intensificaron el
comercio y la industria, otorgando más concesiones a los extranjeros
y se prohibió el tráfico del opio.
Hubo
grandes reformas en el aspecto administrativo del gobierno y así fue
como China fue adquiriendo los elementos de la civilización
occidental que la fueron llevando a estar a la altura de una nación
moderna occidental; una revolución que estalló en 1911 suprimió la
ancestral monarquía china y proclamó la república en 1912.
Resultados
del imperialismo
El imperialismo ha tenido múltiples consecuencias o resultados en las relaciones internacionales y en el desarrollo económico y cultural de los pueblos; entre las más importantes están las siguientes:
1.
Países como Inglaterra, Francia, Holanda, Rusia, Bélgica y otras
naciones europeas, así como Japón y los Estados Unidos; extendieron
su dominio económico y algunas veces político sobre otras regiones
de la tierra que no eran su propio país.
2.
En los lugares donde se ejerció dominio, es decir en las colonias,
se incrementó el comercio con las naciones extranjeras y se
explotaron en gran escala los recursos naturales de cada región;
además, se propició la inversión de capitales en países
coloniales. Los beneficios, como es de suponerse, eran siempre
mayores para los capitalistas extranjeros que por lo general formaban
parte de poderosas compañías.
3. Algunos países imperialistas pusieron especial cuidado en mejorar la salud, la educación y el bienestar social de los pueblos coloniales, propiciando el progreso de muchos de ellos.
3. Algunos países imperialistas pusieron especial cuidado en mejorar la salud, la educación y el bienestar social de los pueblos coloniales, propiciando el progreso de muchos de ellos.
4.
La vida de los continentes Asiático y Africano se vio modificada por
los países de cultura avanzada; se introdujeron los adelantos
técnicos en materia de transporte y de comunicación; otro tanto se
vio afectada Europa por las culturas de pueblos de Asia y África.
5.
Los conocimientos sobre geografía, ciencias biológicas,
antropología, etnografía, etc., aumentaron considerablemente al
explorarse y conocerse nuevas tierras sobre todo en el Continente
Africano.
6. La intercomunicación entre los diversos pueblos y culturas favorecieron su acercamiento y el conocimiento de los diversos credos religiosos existentes en el mundo, despertándose el deseo de penetrar en los dogmas de otras religiones y a muchos les permitieron afirmar más el credo que profesaban.
7.
Las ambiciones y rivalidades imperialistas han traído como resultado
frecuentes y terribles guerras entre las grandes potencias por la
posesión y explotación de las colonias, con las necesarias
consecuencias de provocar la miseria y el odio entre los pueblos
explotados.
Fuente:
Isidro Vizcaya Canales y Etelvina Torres Arceo; Historia Mundial
Contemporánea 1871-1974, México, Secretaría de Educación
Pública, 1983. pp. 22-26, 29-30.
Bájalo en PDF. Imperialismo
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