Si
leíste la pasada publicación sobre los antecedentes de la
independencia de México entonces ya sabes la problemática que
enfrentaba —en la cúspide de la sociedad novohispana— a los
criollos con los españoles peninsulares, o “gachupines”, recelo
alimentado durante siglos por el orden impuesto que colocaba a los
gachupines en los puestos importantes de gobierno y que los nuevos
criollos ilustrados buscaban revertir.
También
sabrás ya que el emperador Napoleón I Bonaparte había arrebatado
la corona española y entronizado a su hermano Jośe I como rey de
España, causando la inconformidad de la población hispana y el
levantamiento popular en contra de la imposición y a favor del
restablecimiento de la monarquía española en la persona de Fernando
VII.
José I |
Al
conocerse la usurpación del trono español por Francia en la Nueva
España nadie apoyó el reconocimiento del nuevo rey francés, José
I Bonaparte. Sin embargo surgió el problema de quién gobernaría
con legitimidad la Nueva España. Los criollos, agrupados en el
Ayuntamiento de la Ciudad de México, defendieron la idea del síndico
Francisco Primo de Verdad y Ramos de que preso como estaba el
soberano español la soberanía regresaba al pueblo y éste podía
darse el gobierno creando un gobierno provisional al mando del propio
virrey José de Iturrigaray, hasta en tanto el monarca español fuera
liberado. Tal propuesta fue tomada como el espaldarazo del
Ayuntamiento criollo al virrey y el intento de independizar a la
Nueva España, y motivó el levantamiento de los simpatizantes del
partido español quienes depusieron al virrey Iturrigaray y apresaron
a varios miembros del Ayuntamiento, entre ellos al Licenciado verdad,
quien murió extrañamente en la cárcel del Arzobispado en octubre
de ese 1808. Los alzados colocaron como nuevo virrey al Mariscal
Pedro Garibay, viejo curtido que sin embargo carecía de legitimidad
por no haber sido nombrado por instancia legítima alguna. Garibay se
dedicó a perseguir a los partidarios de la independencia agriando la
disputa entre criollos y peninsulares y, finalmente, fue sustituido
en julio de 1809 por la Junta de Sevilla, que se había creado para
gobernar España en ausencia de Fernando VII, quien nombró como
nuevo virrey al arzobispo de México Francisco Javier Lizana.
Francisco Primo de Verdad |
Lizana
resultó ser demasiado indulgente, durante su gobierno se llevó a
cabo la “conspiración de Valladolid”, auspiciada por José
Mariano Michelena, José María García Obeso y el fraile Vicente de
Santa María, entre otros. Cuando la conspiración fue denunciada y
presos sus participantes el arzobispo-virrey se conformó con
arraigarlos en la ciudad de Valladolid (Morelia), donde pudieron
seguir libres. Su benevolencia le valió ser destituido por la Junta
Central de Sevilla, quien nombró como su sucesor al virrey Francisco
Javier Venegas, en mayo de 1810.
Para
entonces los novohispanos criollos acusaban a los peninsulares de
pretender entregar el país a los franceses, mientras que a su vez
eran acusados por éstos de pretender independizar a la Nueva España
de la Madre Patria. Lo que era claro es que los sucesos en Europa
habían dado a los criollos americanos el pretexto ideal para
quitarse de encima la hegemonía peninsular. Pero no sería fácil.
Las
conspiraciones siguieron dándose, pero de éstas la más
significativa fue la de Querétaro, en la que participaban personajes
como el propio corregidor Miguel Domínguez y su esposa Doña Josefa
Ortiz, el cura de Dolores Miguel Hidalgo, y los militares Ignacio
Allende —quien había también participado en la conspiración de
Valladolid— y Juan Aldama, entre otros.
La
finalidad de los conspiradores de Querétaro era formar una Junta que
rigiera la Nueva España y la conservara para Fernando VII, mientras
España estuviera invadida por Francia, como “un deber de los
Americanos”. Es decir, formar un gobierno de americanos para
americanos, o sea de criollos. Para ello hicieron acopio de armas y
formaron células del movimiento en otras poblaciones. Su intención
era aprovechar la fiesta de San Juan de los Lagos, en octubre de
1810, para llevar a cabo el levantamiento. Sin embargo, como sabemos,
la conspiración también fue denunciada y se giraron órdenes de
aprehensión contra sus organizadores, pero esta vez la noticia fue
conocida por los conspiradores y éstos decidieron adelantar el
levantamiento. “No queda más remedio que ir a coger gachupines”
habría dicho Hidalgo a Allende, así como que “quienes inician
empresas como la nuestra no viven para saborear sus frutos”. Tales
frases son de conocimiento común en México.
Miguel Hidalgo |
El
levantamiento de Hidalgo, que por cierto fue invitado y puesto al
frente del ejército insurgente por su carisma y arraigo entre los
sectores populares, alcanzó a reunir cerca de cien mil personas, con
las que se dirigió hacia la Ciudad de México, pasando por
Atotonilco —donde tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe—
y por Guanajuato —donde se llevó a cabo la toma de la Alhóndiga
de Granaditas, el saqueo y la matanza de españoles que le valieron
el descrédito a Hidalgo, así como el inicio de sus diferencias con
Allende.
El
hito que marca la historia de Hidalgo
y su movimiento es
su negativa a tomar la Ciudad de México. Algunos opinan que tuvo
miedo de que se repitieran los excesos de Guanajuato. Lo cierto es
que se detuvo en Cuajimalpa donde fue derrotado por el ejército
realista, bien preparado, al mando de Félix María
Calleja —que posteriormente sería nombrado virrey en sustitución
de Venegas—, quien fácilmente desbandó con su ejercito bien
preparado a las bandas desorganizadas de los insurgentes, forzándolos
a huir hacia Guadalajara, donde José Antonio Torres había tomado la
plaza e instaurado un gobierno insurgente.
En
Guadalajara Hidalgo instaló su gobierno, recibió el título de
“Alteza Serenísima” y emitió algunas de las disposiciones que
caracterizarían a su movimiento, como la supresión de la
esclavitud, la supresión de los diezmos y tributos, y la publicación
del primer periódico que difundió la causa de los insurgentes: “El
Despertador Americano”. Sin embargo el gobierno de Hidalgo en
Guadalajara duró muy poco, pues las fuerzas realistas llegaron en su
búsqueda forzándolos a trabar batalla en el puente de Calderón, en
las afueras de Guadalajara, dónde nuevamente fue derrotado y
desbandado. Con los pocos hombres que les quedaban los insurgentes
marcharon con rumbo a los Estados Unidos, con la esperanza de
reorganizarse y lograr el apoyo a la causa independentista, pero no
lograron hacerlo, pues fueron detenidos en las norias de Baján, en
Coahuila, luego fueron enjuiciados, fusilados y sus cabezas exhibidas
en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas para
escarmiento de los insurgentes.
Como
dicen poéticamente en la historia patria, la llama independentista
fue retomada por el antiguo alumno de Hidalgo: José María Morelos,
que había sido comisionado por el mismo Hidalgo para levantar la
insurgencia en la costa sur del país. Morelos resultó más metódico
y organizado que Hidalgo, y mucho mejor estratega. A diferencia del
cura de Dolores, Morelos no reclutó indiscriminadamente gente para
la causa, sino únicamente hombres disciplinados y dispuestos a la
lucha, a la demás gente la convencía de apoyar a la causa de otras
formas, aportando insumos y difundiendo sus motivos.
Morelos
tuvo sus mejores apoyos en personajes de la talla de Don Hermenegildo
Galeana, hacendado de la costa grande, y los Bravo —Leonardo y
Nicolás— con quienes estableció la Provincia de Tecpan como
territorio libre y autónomo. Así mismo, en su campaña por Puebla
adquiriría el apoyo de otro prócer, Mariano Matamoros. Con estos y
otros hombres Morelos llegó a controlar un importante territorio en
el sur y centro del país —los actuales estados de Guerrero,
Morelos, Puebla y Oaxaca—, incluso, junto con Ignacio López Rayón
y otros insurgentes, como José María Liceaga, instalaron el
Congreso de Chilpancingo y proclamaron la Constitución de
Apatzingán, es decir los ejercicios de una nueva nación
independiente ya totalmente de España. Aunque esto último fue causa
de distanciamiento entre Morelos y Rayón, pues este defendía aún
los derechos del rey Fernando VII sobre una Nueva España
independiente.
La
humildad de Morelos hizo que no aceptara el tratamiento de “Alteza
Serenísima” que tan gustoso había aceptado Hidalgo y se llamara a
sí mismo sólo “Siervo de la Nación”, pero la misma humildad
hizo que se sometiera a las disposiciones erráticas, primero de la
Junta de Zitácuaro —y de López Rayón— y luego del Congreso de
Chilpancingo, lo que le valió serias derrotas de parte de los
realistas, y finalmente su aprehensión y fusilamiento, con lo que se
descabezó el movimiento insurgente.
Como
corolario conviene recordar el ideario de Morelos expresado en sus
“Sentimientos de la Nación”:
“Que
la América es libre e independiente de España y de toda otra
Nación, Gobierno o Monarquía, y que así se sancione, dando al
mundo las razones.”
“Que
como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro
Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo,
moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el
jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la
rapiña y el hurto.”
“Que
la esclavitud se proscriba para siempre y lo mismo la distinción de
castas. Quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano
de otro el vicio y la virtud”.
Así
mismo se le atribuye la frase:
“Que
se eduque al hijo del labrador y del barrendero como al del más rico
hacendado.”
Derrotado
Morelos la lucha independentista no volvió a tomar fuerza ni a tener
una dirección fuerte ni a controlar un territorio extenso, sino se
disgregó a diferentes zonas del país, desde donde continuó la
resistencia.
Al
virrey Venegas lo sustituyó Félix María Calleja –en 1813– de
quién conviene recordar que le correspondió poner en vigor la
Constitución de Cádiz, sin embargo la libertad de imprenta
establecida en ella le fue adversa pues surgieron infinidad de
publicaciones favorables a la causa insurgente, por lo que de facto
Calleja se vio obligado a suspenderla.
Desde
1810 la Junta Central había convocado a representantes de las
posesiones españolas, incluidos los virreinatos, a las Cortes
Generales Españolas que se reunieron entre 1810 y 1812. El resultado
fue una Constitución liberal que acababa con la monarquía absoluta
en España y establecía la división de poderes, toda vez que
limitaba el poder de la Iglesia y la nobleza españolas.
Sin
embargo la Constitución de Cádiz sólo estuvo vigente hasta 1814,
cuando fue derrotado Napoleón y por lo tanto liberado Fernando VII
quien la desconoció y restableció la monarquía absoluta. Así
mismo Fernando VII desconoció y combatió los movimientos
independentistas en América. En el caso de la Nueva España nombró
como nuevo virrey a Juan Ruiz de Apodaca, quién para acabar con la
insurgencia ofreció indultar a todos los insurgentes que entregaran
las armas.
Muchos
insurgentes se acogieron al indulto y entregaron las armas. Sólo
algunos como Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria se mantuvieron en
la lucha. Para 1820 el movimiento insurgente era prácticamente
inexistente; el único intento de reactivación había sido el
protagonizado por Francisco Javier Mina, liberal español que
habiendo reunido un grupo de combatientes desembarcó en Tamaulipas y
llevó a cabo algunas batallas, pero fue finalmente derrotado y
fusilado por las tropas realistas. A Mina lo acompañaba fray
Servando Teresa de Mier en su campaña.
En
una vuelta del destino, curiosamente, serían los realistas opuestos
a la independencia quienes terminarían proponiéndola, cuando en
España el levantamiento liberal de Rafael del Riego obligó al rey
Fernando a decretar la puesta en vigor de la Constitución de Cádiz,
que como ya vimos era contraria a los intereses de la Iglesia y la
oligarquía novohispanas.
Entonces
se reunieron en la iglesia de La Profesa –que hoy se encuentra en
la calle de Madero esquina con Isabel la católica, en el centro de
la Ciudad de México– y formularon un plan para separar a México
de España mientras estuviera en vigor la Constitución de Cádiz, y
pusieron al mando del mismo a Agustín de Iturbide, criollo realista,
fiero cazador de insurgentes.
Ambicioso
como era, a Iturbide le cayó como anillo al dedo el nombramiento y
como fue destacado para combatir a Vicente Guerrero aprovechó para
convencerlo de unir fuerzas en pro de una única causa, la
independencia, pues era práctico también. Así formuló el Plan de
Iguala, o de "las tres garantías", pues garantizaba la
independencia, la unión y la religión católica. Simbolizó estos
principios con tres colores que son el origen de nuestra actual
bandera.
Habiendo
aceptado Guerrero, poco a poco generales insurgentes como realistas
se fueron adhiriendo al Plan de Iguala. Entre tanto llegó a la Nueva
España el último virrey –en realidad su nombramiento según la
Constitución de Cádiz era de Jefe Político– Juan O'Donojú.
No
fue difícil convencerlo, pues era liberal. Así para el día 24 de
agosto de 1821 Iturbide y O'Donojú firmaron los tratados de Córdoba
que reconocían la independencia del nuevo Imperio Mexicano.
Así
finalmente el 21 de septiembre de 1821 el ejército de las tres
garantías hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México
consumando la independencia de México, aunque España no lo
reconocería sino hasta que en 1829 salió su último piquete de
ejército que se hallaba en San Juan de Ulúa.
Tanto
el Plan de Iguala como los tratados de Córdoba estipulaban que de no
aceptar el rey Fernando, o algún miembro de su familia, el trono del
Imperio Mexicano, los propios mexicanos podrían elegir a su nuevo
emperador. Y como ninguno aceptó, finalmente Iturbide presionó al
nuevo congreso –apostando al ejército frente al recinto
legislativo– a nombrarlo emperador. Así la Nueva España pasó de
ser un virreinato a un nuevo imperio con un también novel emperador:
Agustín de Iturbide.
Me agrado el texto, con esto abarque más cosas que no sabía acerca de la independencia.
ResponderEliminarEl texto es interesante, sobretodo porque me gusta saber acerca de la historia de México, y sus luchas.
También me agrado aprender acerca de los planes generados para lograr la independencia.
Un texto interesante, que hace que uno comprenda más sobre la independencia.
ResponderEliminarDice mucho sobre México, que tal vez no sabía muy bien, pero ya con este entendí mejor.
Lo que me gueto es lo que dice al final, que se reconoció la nueva independencia del nuevo imperio Mexicano, pero que los españoles no lo iban a reconocer.
La independencia de México marco una gran tapa muy importante, ya que México se independizo de España y se convirtió en un país libre; pero todo este proceso llevo mucho tiempo, que fue aproximadamente 11 años.
ResponderEliminarLa guerra de independencia se extendió del grito de dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del ejercito trigarante a la cuidad de México, el 27 de septiembre de 1821.
En fin en este año cumplimos 200 años del inicio de la guerra de independencia; ya 200 años de “libertad y justicia”. Pero al igual que en aquellas fechas, las condiciones del país no están del todo claras: pero la gran pregunta que surge en la república es: ¿Tenemos algo que celebrar los mexicanos?
Un texto que se me hizo mas extenso que el anterior pero sin duda no le falto nada en mencionar sobre ese suceso histórico de nuestro país, o eso creo yo, el texto aunque es extenso es fácil de entender por como explica cada suceso hecho en ese periodo.
ResponderEliminarEs agradable conocer bien la historia de donde vivimos así igual que otros países estuvieron relacionados con este.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVemos cómo este texto nos da los sucesos que han pasado en México, nos da conocimiento saber por lo que ha pasado México y saber cuáles fueron los personajes como Iturbide , Vicente Guerrero etc.. han llevado a cabo sucesos que han logrado llevar a México hasta el momento lo que es y lo que ha pasado el país para lograr la independencia.
ResponderEliminarLa independencia de México empezó por el problema de la desigualdad social que vivian en esos tiempos, unos siendo explotados por su poción economía y social,y otros tantos siendo beneficiados,no obstante logramos levantarnos en armas, es un claro ejemplo de que la union hace la fuerza,pues asi logramos independizarnos de españa.
ResponderEliminarAnota por favor tu nombre.
EliminarLa independencia de México empezó por el problema de la desigualdad social que vivian en esos tiempos, unos siendo explotados por su poción economía y social,y otros tantos siendo beneficiados,no obstante logramos levantarnos en armas, es un claro ejemplo de que la union hace la fuerza,pues asi logramos independizarnos de españa.
ResponderEliminarReyes Granados David 4201
Un texto un poco extenso e interesante, el saber como México se independizo e tuvo importantes sucesos históricos que no conocía...
ResponderEliminarMe gusto saber mas a fondo todo lo que sucedió las luchas que tuvieron que suceder para así lograr que México se convirtiera en un pais independiente...Que no fue fácil, pero al final se reconoció la nueva independencia, del nuevo imperio mexicano.
Un texto un poco extenso e interesante, el saber como México se independizo e tuvo importantes sucesos históricos que no conocía...
ResponderEliminarMe gusto saber mas a fondo todo lo que sucedió las luchas que tuvieron que suceder para así lograr que México se convirtiera en un pais independiente...Que no fue fácil, pero al final se reconoció la nueva independencia, del nuevo imperio mexicano.
Un texto un poco extenso e interesante, el saber como México se independizo e tuvo importantes sucesos históricos que no conocía...
ResponderEliminarMe gusto saber mas a fondo todo lo que sucedió las luchas que tuvieron que suceder para así lograr que México se convirtiera en un pais independiente...Que no fue fácil, pero al final se reconoció la nueva independencia, del nuevo imperio mexicano.
Me gustó el texto ya que viene más información más completa sobre la independencia de México y para mí me agrado saber más información sobre la historia de nuestro país ya que habla sobre varios acontecimientos importantes como saber cómo México logro independizarse de España.
ResponderEliminarEste texto fue muy extenso para mi,sin embargo toda aquella información que nos comparte es realmente muy interesantes, la independencia de México es bastante extensa,los sucesos que sucedieron en aquella época fueron muy asombrosos. Me asombro bastante, es increíble conocer todas aquellas historias que no sabias sobre tu país,y la gran importancia que dejan.
ResponderEliminarEste texto me agradó mucho, aunque más extenso que el anterior aunque ya había escuchado de la independencia de México no conocía muy bien porque fue que empezó y cuáles eran los principales personajes que participaron en la independencia, como co que se fue dando todo, me agradó el texto y más porque me ayuda a conocer la historia de mi país.
ResponderEliminarMe pareció interesante este texto, por qué aprendí cosas que no tenía muy claras de la historia de México
ResponderEliminarLos criollos, agrupados en el Ayuntamiento de la Ciudad de México, defendieron la idea del síndico Francisco Primo de Verdad y Ramos de que preso como estaba el soberano español la soberanía regresaba al pueblo y éste podía darse el gobierno creando un gobierno provisional al mando del propio virrey José de Iturrigaray, hasta en tanto el monarca español fuera liberado. Lizana resultó ser demasiado indulgente, durante su gobierno se llevó a cabo la «conspiración de Valladolid», auspiciada por José Mariano Michelena, José María García Obeso y el fraile Vicente de Santa María, entre otros.
ResponderEliminarLas fiestas de la Independencia de México se empezaron a celebrar mucho antes de que se lograra el triunfo del movimiento insurgente y con un sentido muy diferente al inicial. Han sido los vaivenes del acontecer nacional los que han creado los usos y costumbres que ahora se festejan con mucho ánimo y fervor. En Los Sentimientos de la Nación, también llamada la Constitución de Apatzingán, se señala como parte de las obligaciones del pueblo solemnizar el 16 de septiembre.
ResponderEliminarLa versión más rigurosa con respecto a la historia nacional, señala que las palabras de don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la parroquia de Dolores- Hidalgo, Guanajuato, la mañana del 16 de septiembre de 1810, fueron: "Mexicanos: Mueran los gachupines. Muera el mal gobierno. Viva Fernando VII. Viva la América libre. Viva la Virgen de Guadalupe" convocando a un levantamiento armado, desde luego sin enarbolar la bandera que aún no existía. Sus contingentes era criollos.
https://www.elmanana.com/opinion/editoriales/la-independencia-de-mexico-4918527.html
Eliminar“La Soberanía Nacional significa, primero, el derecho que tiene un país a que nadie se inmiscuya en su vida” –Guevara, E.
ResponderEliminarNuestra Nación siempre se ha visto afectada por aquellos que buscan corromperla solo para obtener beneficios personales.
La lucha por la independencia de nuestro país, nunca se ha acabado puesto que incluso hemos sido presos de nuestra tez.
En nuestra actualidad seguimos con las mismas inconformidades pues, nuestro país se ha ido subastando poco a poco.
Hoy no peleamos con antorchas, fusiles, trinchetes o machetes puesto que el neocolonialismo se ha encargado de crear mexicanos sumisos.
Nuestros gobernantes no han cambiado en lo absoluto, puesto que, así como Iturbide gozaba de un paraíso fiscal en alguna isla lejana a su retiro, Lo mismo lo tenemos con nuestro EX-presidentes.
Tenemos una nación dirigida por otras naciones, compárese el caso de los diversos nombramientos de virreyes por parte de Fernando VII y en nuestra actualidad los diversos presidentes que han sido colocados por parte E.U.
No se goza de una nación libre y justa, al contrario, yo diría que aún falta bastante tiempo para gozar de los beneficios de un República y una constitución bien formulada.
Martinez Mateos Jose Antonio
4202
Bien.
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